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Un amortiguador se comprime y se extiende entre 5.000 y 7.000 veces por kilómetro. Una barbaridad, ¿verdad? Y por si eso fuera poco, es uno de los componentes más importantes de nuestro vehículo junto con los frenos y los neumáticos. Por eso es fundamental mantenerlos en perfecto estado y seguir estos sencillos consejos:

  1. Tendrás que revisarlos cada 65.000 km o cada cinco años y comprobar problemas como fugas de aceite, casquillos de montaje agrietados o deformados, corrosión, topes de comprensión, guardapolvos degastados, muelles en mal estado, etc.
  2. Y sustituirlos cada 75.000 km.
  3. Hazte estas preguntas: ¿afecta el viento lateral a tu conducción? Cuando tomas una curva ¿oscila la parte delantera del vehículo? ¿Hay una sensación de balanceo cuando conduces? ¿Oscila el vehículo en carreteras bacheadas? Cuando frenas ¿se pica el morro del vehículo? Al tomar una curva ¿el vehículo se balancea para algún lado? Si la respuesta es sí tendrás que llevar tu automóvil a tu taller más cercano para que lo revisen. Lo más probable es que tengan que sustituirlos.
  4. Los amortiguadores se sustituyen por ejes.
  5. >Con amortiguadores en perfecto estado el vehículo comienza a hacer aquaplaning a 125 km/h. Con amortiguadores desgastados al 50% y con 6 mm de agua, lo hará a 109 km/h. Una diferencia notable… y peligrosa para nosotros.
  6. Si los amortiguadores están desgastados al 50% también sufriremos al entrar en las curvas y a 80 km/h necesitaremos tres metros más para frenar el vehículo.
  7. Los amortiguadores desgastados pueden ser causa de un desgaste prematuro de: montajes superiores, árbol de transmisión, rotulas, dirección, topes de comprensión, vástago, cojinetes de goma, rodamientos, muelles, etc.
  8. Con el paso del tiempo los amortiguadores también pierden su capacidad de absorción, lo que repercute en la estabilidad del vehículo como hemos dicho, pero también en el confort de la conducción.